Seamos claros: usar el cinturón de seguridad puede salvarnos la vida. Y no lo decimos nosotros. Los datos hablan, y confirman que el 26% de las personas que murieron en un siniestro en 2020, no lo llevaban puesto. ¿Será por eso que está considerado uno de los ocho grandes inventos del siglo XX?

En declaraciones a la DGT, Carlos Llinàs, monitor de la Escuela RACC (Real Automóvil Club de Cataluña) de Conducción Segura, afirma que “A partir de 40 km/h y sin el cinturón de seguridad, un choque en seco puede ser mortal, porque al no estar sujetos podemos golpearnos la cabeza con el parabrisas”. En su opinión, hoy en día prestamos demasiada atención a los asistentes de conducción y nos olvidamos del elemento que más vidas ha salvado: el cinturón de seguridad.

Tanto es así que, para la Oficina de Patentes de Alemania, el cinturón de seguridad es uno de los ocho inventos más importantes del siglo XX. Para Paula Márquez, subdirectora adjunta del Observatorio Nacional de Seguridad de la DGT, llevarlo supone “la diferencia entre la vida y la muerte, entre quedar con lesiones o no”.

Con esta contundencia, Márquez lo compara con las vacunas, un gran avance del siglo XX: las primeras salvaron vidas, y el cinturón, además, heridos.

Asimila asimismo el uso del cinturón de seguridad al del casco en las motos, ya que ambos evitan que el cuerpo humano se golpee contra superficies duras en caso de accidente. Si bien en el caso de los cascos la protección es más visual, con el cinturón estaremos protegidos de irnos contra el salpicadero o el parabrisas en un frenazo.

Pero, ¿por qué es tan importante el cinturón?

Recapitulemos; en un choque a 60 km/h, el peso de una persona se multiplica por 56: 75 kilos se ‘convierten’ en 4.200. En un vuelco, explica en revista DGT Jesús Monclús, director de Prevención y Seguridad Vial de la Fundación Mapfre, “el vehículo se convierte en una centrifugadora”, por lo que “las posibilidades de fallecer se multiplican por 3 o 5” y para eso “no hacen falta ni muchos giros ni mucha velocidad”.

Para la doctora Márquez, cabe destacar que el propio impacto que sufrimos en un accidente puede provocar roturas en los órganos internos: un golpe en el tórax podrá fracturar las costillas, y convertirlas en cuchillas sobre los pulmones. Las lesiones en la columna vertebral, son también menos frecuentes si tenemos el cinturón puesto.

¿Y si me quedo atrapado?

Seguramente hayas escuchado alguna vez eso de “escapó porque no llevaba el cinto”, o “si hubiera tenido el cinturón, se hubiese quedado atrapado en el vehículo que se quemó”. Para los profesionales de la DGT, esta opción es bastante improbable, asegurando la doctora Márquez que, si llega a ocurrir, seguramente, “las personas que van dentro del vehículo habrían muerto antes”.

Ocurre lo mismo con las posibles fracturas que pueda provocar la propia presión del cinturón, algo en lo que los profesionales confiesan que se plantea diseñar un sistema que proteja, sobre todo, a los colectivos más vulnerables como los mayores. Esto ya ocurre con los niños, cuyo SRI (Sistema de Retención Infantil), es obligatorio hasta los 135 centímetros de altura.

Otro caso a tener en cuenta son las mujeres embarazadas, que deben ir con él tanto si conducen como si son pasajeras. Indica la DGT que, “la banda horizontal debe colocarse a la altura de las caderas (bajo del abdomen) para que, en caso de frenazo o accidente, la presión de la cinta no provoque daños al bebé. La banda diagonal debe ir por el hombro y entre ambos senos”.

¿Formación o sanciones? Ambas

Luis Montoro, presidente de FESVIAL (Federación para la Seguridad Vial) considera que solo mediante la formación podremos acabar con los “mitos, excusas y estereotipos sobre el cinturón”, En la revista de la DGT, expone algunos ejemplos; “a quienes dicen que “no sirve para nada”, hay que recordarles que llevarlo reduce a la mitad el riesgo de muerte; y los que aseguran conocer a alguien “que se ha salvado por no llevarlo” deben saber que “eso solo se produce una vez cada millón”. Quienes creen que “en ciudad no vale” ignoran que precisamente en las vías urbanas es más efectivo. Sucede lo mismo con los recorridos cortos, porque, agrega Montoro, “en carretera siempre tomamos más precauciones”. Asegura que las personas que no utilizan el cinturón porque confían en los otros sistemas de seguridad, como los airbags, deben saber que cuando estos saltan, si no vamos sujetos al asiento, nos impactan a más de 300 km/h, por lo que una lesión en el cuello puede ser mortal.”

Para Llinàs, monitor de RACC, la formación es tan importante como las sanciones. Cree que endurecerlas podría ser una solución, junto al desarrollo de nuevos dispositivos que, por ejemplo, impidan que los vehículos puedan arrancar si los cinturones no están abrochados.

A día de hoy, y desde 1992, el uso del cinturón en España es obligatorio tanto en los asientos delanteros como los traseros. Incumplir esta norma se considera sanción grave y está penalizado con 200€ de multa y tres puntos del carnet. .

Según datos de 2020, 125 personas fallecidas en accidente de tráfico iban sin cinturón de seguridad. También un 15% de los heridos que tuvieron que ser hospitalizados después de un incidente al volante. Las cifras son, sin duda, peores que en 2019: un 3% más en lo que a fallecidos sin cinturón se refiere. Según los expertos, hasta la mitad de esas personas estarían hoy vivas si lo hubieran llevado puesto.

¿Vale la pena arriesgarse? Las instituciones deben formar, la sociedad, asimilar que no es una cuestión económica, sino de mantenernos a salvo. ¿Nos cuidamos todos?

Más información y detalles: DGT

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