El parque móvil de un país o una determinada región es el total de todos los automóviles que circulan por la misma. Por ejemplo, en un barrio conviven 3 familias, que disponen de un total de 5 coches con la siguiente antigüedad medida en años (3,6,8,9,13). Sumando las cantidades y dividiendo el total entre 5, nos da una media de 7,8 años de antigüedad. Teniendo estos datos, se puede decir que el parque móvil del barrio es de 5 y la antigüedad es de 7,8 años.

Una vez explicado el concepto y su medición (de manera aproximada) estamos en disposición de hacer un pequeño análisis sobre la necesidad de renovarlo.

En primer lugar, según datos de la Dirección General de Tráfico, el parque móvil español ha pasado de casi nueve millones de vehículos con una edad media de 8,3 años en 1978 a más de 33 millones de vehículos, con una media de edad de 10,8. Hoy en día, la concepción general de la población es que los coches duran menos que los antiguos. Una de las razones es por la fragilidad de ciertas piezas más modernas y con menos vida útil.

También es necesario apuntar que un parque móvil más antiguo genera un impacto negativo mayor sobre el medio ambiente. Ya que la industria automovilística no para de crecer y cada vez hay más vehículos circulando por nuestras carreteras, la solución para que no se dañe más el entorno natural es fabricar modelos más eficientes energéticamente y, que estos, sean asequibles a los bolsillos de los usuarios.

Ahora bien, ¿cuánto de culpa tiene la edad de los vehículos en la siniestralidad de los accidentes de tráfico?

Los coches más viejos, generalmente no aguantan las circunstancias actuales del tráfico, con más retenciones, más prisas por llegar, más velocidad de circulación, etc. Nos podríamos adentrar más en este tema, pero la mecánica actual, en materia de prevención de accidentes, es mucho más avanzada, además de las ayudas a la conducción, que hacen que la circulación diaria sea más segura.

Así pues, podemos determinar que los coches más nuevos son más seguros y los más antiguos están más expuestos a tener accidentes graves. La Dirección General de Tráfico cuenta con datos a este respecto. Según algunos estudios, la renovación completa de todos los automóviles en nuestro país reduciría el número de fallecidos en accidentes de tráfico entre un 30% y un 40%.

Cuanto más antiguo es el vehículo menos sistemas de seguridad incluye, por ejemplo, cuentan con sistemas de iluminación que ofrecen menor visibilidad, no llevan reposacabezas, incluyen cinturones de seguridad de dos puntos en lugar de tres y sin pretensores pirotécnicos, tampoco incluyen un sistema de aviso de pérdida de presión en los neumáticos, muchos no llevan ABS, etc.

Los datos de accidentabilidad indican un aumento del 78% de las víctimas de accidentes de tráfico que viajaban en un coche de más de 15 años, durante los años de crisis económica. Y es que hay que tener presente que el riesgo de fallecer en un coche con más de 15 años se duplica con respecto a otro con menos de 4 años de edad.

Lo que sí podemos hacer por nuestra parte, si nuestras circunstancias para adquirir un coche nuevo no son las más favorables, es mantener a punto los elementos de nuestro vehículo que pueden resultar claves a la hora de tener un accidente.

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