En el artículo de hoy vamos a explicar, de una manera detallada, la importancia de prevenir los accidentes y cómo influye la edad de un vehículo en la gravedad del mismo.
En primer lugar, tenemos que dar algunos datos sobre el parque automovilístico, es decir, los años que, en media, tienen los vehículos españoles. Pues bien, España tiene uno de los parques con más edad de Europa, con unos 11 años. Este hecho, aparte de esclarecer los hábitos de consumo, nos da una visión de cómo afectan las emisiones al medio ambiente y qué tipo de conductores hacen uso de los coches.
Normalmente, si lo analizamos detenidamente, los conductores habituales de coches más “viejos” son de entre 18 y 25 años, ya que es el rango normal de los conductores noveles y las personas mayores, es decir, aquellos de más de 60 años, que, o bien por miedo a un cambio y tener que adaptarse o por apego a su vehículo, no lo sustituyen por uno nuevo o seminuevo. Estos rangos de edades coinciden, a su vez, con el de mayor índice de accidentalidad y siniestros, debido a su poca experiencia y a la merma de capacidades correspondientes a su edad.
Ahora se preguntarán, ¿cómo influye la antigüedad del vehículo en la gravedad de los accidentes?.
Por ejemplo, un coche denominado “viejo”, a 70 km/hora tarda en frenar el vehículo unos seis metros más que uno nuevo, es decir, el doble de distancia. Por otra parte, el 60% de los accidentes con víctimas con coche antiguo sucede en carreteras convencionales o secundarias, y en la mayoría de las veces, durante viajes de ocio y por distracciones, pero los sistemas de seguridad nuevos protegen más el cuello y la cabeza que los coches de más de 10 años de antigüedad.
También tenemos que tener en cuenta que, la renovación de un coche por otro más seguro no siempre se puede llevar a cabo, debido, sobre todo, al coste económico, pero lo que sí que es responsabilidad del conductor es hacer un correcto mantenimiento del vehículo. A la hora de preservar la seguridad propia y la de los demás usuarios de la vía, recomendamos que los recambios y repuestos sean sustituidas por elementos “de serie”, es decir, de la misma casa y fabricados para que se adapten al coche.
Por último, recordarles que, aunque el coche sea nuevo, llevar a cabo una conducción preventiva, sin acelerones bruscos, guardando la distancia de seguridad y respetando los límites de seguridad, es lo que corresponde y puede evitarnos muchos disgustos.
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